La rebelión de Ortega y Gasset

Descendiente de una familia acomodada, José había estudiado tanto en su país de origen como en Alemania, donde había recibido la influencia de Oswald Spengler, Jakob von Uexküll y Franz Brentano.

El año 1929 fue muy conflictivo en el mundo. La caída de la Bolsa de New York había marcado un conflicto económico en todo América y Europa , en Rusia se había afianzado el régimen soviético ,el fascismo había tomado el poder en Italia y los gobierno de facto brotaban a lo largo de Europa y América .

España se veía en el espejo de Italia. La burguesía conservadora del país anhelaba la existencia de un gobierno fuerte para contener el avance de la izquierda. Si bien Ortega en ningún momento se expresa a favor de una forma de gobierno, si se pronuncia contra los movimientos revolucionarios de izquierda y derecha, por promover la masificación de los individuos. Las mayorías suplantan a las minorías, y a eso apunta Ortega en estos artículos que darán lugar a un libro, traducido a 20 idiomas.

Según Ortega el acceso de las clases populares a espacios reservados a elites crea un nuevo fenómeno dentro de la sociedad. “La muchedumbre, de pronto, se ha hecho visible… ya no hay protagonistas, hay coro” dice haciendo alusión al teatro griego.

La mejoría en las condiciones de vida de las clases populares, esa comodidad que disfrutan, los ha llevado a una vida de abulia, a pensar solo en su bienestar, exigiendo derechos sin obligaciones y, a su vez, despreciando las jerarquías. Es el hombre masa, un “hombre vaciado de su historia”, sin intimidad, sin identidad propia, en última instancia una persona sin nobleza, un snob preocupado por las tendencias y apariencias .Ell hombre del siglo XX (y más del XXI) es poco profundo. Y a pesar de esa superficialidad, las masas se imponen.

Viven sin encontrar limitaciones, donde nada es imposible para este nuevo hombre, que espera que el Estado, la ciencia o quien fuera, salgan a su ayuda. En este contexto de pandemia, las palabras de Ortega, algo devaluadas y olvidadas, adquieren una nueva dimensión. Estos hombres masa son “sabios ignorantes”, donde todos opinan sobre los temas más variados.

Observador privilegiado de los tiempos que le tocó vivir (“El yo y sus circunstancias”) vivió casi 10 años en la Argentina, dejándoles un consejo que aun no suena en el oído de los habitantes de ese país “¡Argentinos! ¡A las cosas!”.

En última instancia, Ortega nos invita a meditar en perspectiva, alegando que conocer nuestro pasado solo nos permitirá entender el presente y vislumbrar un futuro. “Solo la conciencia histórica puede poner al hombre en su verdad y salvarle”.

Curiosamente, y a pesar del título, Ortega no habla de rebelión, por lo que sugiere que él es quien se rebela contra las masas. De ver las circunstancias actuales, es de suponer que Ortega probablemente considerase que se quedó corto en sus apreciaciones …

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