Karl Adolph Gjellerup

Karl Adolph Gjellerup nació en Roholte, Dinamarca; el 2 de junio de 1857. Hijo de un pastor protestante, hizo estudios de teología y a partir de 1878 se dedicó por completo a la literatura. En 1892 se radicó en Alemania, donde murió. En 1917 compartió el Premio Nobel con H. Pontoppidan. Autor de una variada y extensa producción literaria que parte de las principales corrientes estéticas e ideológicas de la segunda mitad del siglo XIX (como el naturalismo y el darwinismo) para acabar recalando en una especie de misticismo ecuménico en el que se aúnan el cristianismo y el budismo, está considerado como uno de los escritores más brillantes -y de mayor proyección universal- de las Letras danesas contemporáneas. Dos años antes de su muerte, la Academia Sueca reconoció sus méritos literarios con la entrega del Premio Nobel de Literatura -que compartió con su compatriota Henrik Pontoppidan (1857-1943)-, con especial celebración, dentro del conjunto de su producción impresa, de “la riqueza y variedad de su poesía, siempre inspirada en altos ideales”.

En sus obras de juventud se reveló como un crítico implacable de las instituciones, incluyendo la iglesia. Su novela Møllen (1896), que recuerda al estilo de F. Dostoievski, combina el naturalismo y el simbolismo. Pero más tarde se rebeló contra lo que veía como materialismo y falta de valores profundos del movimiento liberal de fines de siglo. Bajo el influjo de la cultura alemana, se interesó por el pensamiento hindú y escribió piezas de teatro con temas tomados de las mitologías india y nórdica. Sus últimas obras tienen un carácter filosófico muy pronunciado, y entre ellas destacan El peregrino Kamanita (1906), Den gyldne gren (1917) y Guds venner (1916).

Poco tiempo después, a raíz de un fructífero viaje por la Europa Central y Mediterránea (Alemania, Italia y Grecia), el escritor de Roholte volvió los ojos hacia el mundo clásico y, por el sendero de la escritura dramática, intentó una sugerente fusión entre la tradición germánica y el legado humanístico de Grecia y Roma. Surgieron así su célebre tragedia lírica Brynhild (Brunilda, 1884), una de las piezas dramáticas más importantes del teatro danés, a la que pronto siguieron nuevas obras teatrales que, dentro de esta preocupación humanística, fueron orientándose con decisión hacia la defensa de algunos postulados sociales de marcado sesgo revolucionario, como los dramas St. Just (1886) y Thamyris (1887). Consagrado, tras los estrenos de estas piezas, como uno de los dramaturgos de mayor éxito entre la crítica y los espectadores daneses de finales del siglo XIX, Gjellerup continuó desplegando una brillante actividad dramática que le llevó también por el cauce de la comedia, género al que aportó algunas piezas tan notables como Herman Vandel (1891) y Wuthorn (1893); y, al mismo tiempo, siguió cultivando la novela con singular acierto, ahora centrándose en algunos temas y modelos estéticos más modernos que el naturalismo y el determinismo de sus primeras narraciones, como queda patente en su novela Minna (1889).

Murió en Klotzsche, Dresde, capital del estado federado de Sajonia, en Alemania; el 13 de octubre de 1919.

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