John Hunter (1728-1793)

John Hunter nació en Long Calderwood, Escocia, en 1728. En 1784, con una formación escolar muy pobre, se dirigió a Londres para ayudar a su hermano Williams, que ejercía la cirugía, practicaba la ginecología e impartía clases de anatomía. También tenía una gran pasión por el coleccionismo tanto de piezas anatómicas como de libros, medallas, cuadros, etc. John pronto se contagió de esta afición a la vez que encajaba bien en su nuevo trabajo. Ascendió a asistente y decidió seguir la misma carrera de su hermano. Entró como aprendiz en el Hospital de Chelsea, después estuvo en el Saint Bartholomew y el Saint George. Tuvo entre sus maestros a Pott y Cheselden

Consciente de su mala formación, William mandó a su hermano a Oxford para que estudiara. Sin embargo, pronto abandonó porque no se acostumbraba al latín y al griego así como a otras disciplinas que consideraba de poca utilidad. Continuó estudiando anatomía y haciendo disecciones de cadáveres humanos y de todo tipo de animales, ya que concedía gran valor a la anatomía comparada. En este terreno hizo algunas aportaciones de interés.

En 1761 su hermano murió de tisis y John entró como cirujano del Estado Mayor del Ejército y más tarde en la marina. Tomó parte en varias batallas ya que entonces Inglaterra estaba en guerra con Francia y con España. Como siempre ha ocurrido en la historia de la cirugía, las guerras le proporcionaron la posibilidad de adquirir experiencia.

Después de la paz de Paris de 1763 se licenció y regresó a Londres. Se instaló en una finca de las afueras y comenzó a coleccionar animales vivos y disecados, preparaciones anatómicas, etc. Su casa contaba con espacios para guardar las colecciones y para investigar todos los temas biológicos que se le ofrecían: morfología y fisiología animales, anatomía humana, técnica quirúrgica y patología experimental. La gran cantidad de dinero que esto necesitaba lo obtenía de su trabajo y de la clientela que acudía a sus consultas, así como de las clases de anatomía y de las conferencias que daba frecuentemente. En el año 1778 fue nombrado cirujano del Hospital Saint George. Su fama creció y acudieron muchos médicos a formarse con él; entre estos estaba Edward Jenner. Murió en 1793, víctima de un angor, tras una conflictiva junta directiva del St. George’s Hospital. Hay que tener en cuenta que ya había padecido uno en 1773 y que arrastraba una sífilis que contrajo según diremos más adelante. Dejó una colección de más de 13.000 piezas anatómicas de hombres y animales que hoy se conservan en College of Surgeons.

Las aportaciones de Hunter a la cirugía fueron notables. Contrariamente a lo que sucedía entonces, éste comenzaba la enseñanza de la disciplina dando una idea general de la práctica quirúrgica y de los principios fisiopatológicos y terapéuticos aplicables a toda enfermedad o grupo de ellas. Creía que el tratamiento no podía ser eficaz si no se fundamentaba en un conocimiento de las causas y del mecanismo de enfermedad. Afirmó que, aparte de la anatomía, el cirujano debía saber también fisiología. Por último, inculcó la idea de que la cirugía manifiesta siempre un fracaso previo de la medicina.

¿Por qué se habla de chancro de Hunter? En su época no se sabía si la sífilis -enfermedad cuyo tratamiento estaba en manos de los cirujanos -era consecuencia de un contagio animado o la consecuencia de un veneno “acre y corrosivo”. Dudaban de si había sífilis silenciosa sin síntomas o siempre se producía una sintomatología inmediata tras la “infección”. Tampoco tenían claro si la blenorragia y la sífilis eran la misma cosa o dos entidades distintas. Para decidir si estas dos enfermedades eran lo mismo se inoculó pus gonocóccico. Sin embargo, éste procedía de un sifilítico ignorado. No sólo adquirió la sífilis sino que llegó a la falsa conclusión de que las dos enfermedades eran la misma. El chancro duro o de Hunter es, pues, la úlcera que constituye la lesión primaria de la sífilis. Todo esto se recoge en su libro A Treatise on the Venereal Disease ( Londres, 1786). Publicó además The Natural History of the Human Teeth (Londres, 1771), primera publicación científica sobre los dientes humanos, Observations on Certains Parts of the animal oeconomy (Londres, 1786), A Treatise on the Blood, Imflammation and Gunshot Wounds, publicado tras su muerte en Londres en 1794, en el que describe sus investigaciones sobre el mecanismo de la inflamación y la función curativa del proceso inflamatorio.

Como señala Sigerist, la importancia de Hunter radica en que abrió el camino a la observación y la experiencia de la cirugía para la medicina, haciéndola útil para ésta. Fue un cirujano práctico como el resto pero a la vez fue un científico. Su fervor hacia el empirismo se expresa muy bien en una de las cartas que dirigió a Jenner. En ella le decía: ¿Para qué pensar?, ¿por qué no ensayas el experimento?

Autor: José L. Fresquet Febrer. Instituto de Historia de la Ciencia y Documentación (Universidad de Valencia- CSIC). Mayo, 1999.

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