Isaac Asimov: Cuando la ciencia ficción tiene más de ciencia que de ficción

Yo, robot, quizás sea su obra más trascendente, aunque hay mucho para elegir entre los 429 libros que publicó.

Sus padres debieron huir de Rusia cuando Isaac Asimov tenía apenas 3 años. A pesar de haber nacido allí y su enorme curiosidad, nunca habló su idioma natal.

Aprendió a leer solo, fascinado por las tapas de las revistas de Pulp Fiction que su padre vendía. A los 19 comenzó a escribir sobre ciencia ficción, y así lo hizo por toda su vida, aunque desde la década del ’50 en adelante se dedicó a la divulgación científica (solo publicó cuatro novelas).

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Isaac Asimov.
Isaac Asimov.

 

La carrera espacial había despertado en el gran público el interés por la ciencia, que estaba llevando a la humanidad más allá de las estrellas. De allí hasta la muerte, no hubo tema que omitiese; su título de doctor en Química lo habilitaba para comprender la estructura de los objetos… pero nada podía limitarlo a Asimov (una adaptación de su apellido original que era Osimov). En su guía para el conocimiento de la Biblia explica a lo largo de 1.300 hojas, las inclinaciones políticas y costumbres de todos los personajes, que así pasan por los libros sagrados. Vale aclarar que Asimov se declaraba ateo.

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“De los Santos y Profetas” saltaba a los robots, un término acuñado por los hermanos Karel y Josef Čapek, autores checos que se inspiraron en la palabra “Roboti”, que quiere decir, trabajo duro (el período en que un siervo de la gleba debía trabajar para amo). Asimov acuñó el término Robótica y formuló sus tres leyes fundacionales: para que los robots no se conviertan en una amenaza para la humanidad.

Dada su enorme capacidad intelectual, fue miembro del Mensa norteamericano (Sociedad internacional que agrupa a individuos de capacidades intelectuales sobresalientes) y Presidente de la Asociación Humanista Estadounidense. Su sucesor en el cargo, el escritor Kurt Vonnegut Jr., le preguntó cómo se sentía al saberlo todo, “inquieto”, fue la respuesta de este hombre, que sabía que la mejor forma de explicar un tema científico era remontarse a tiempos pretéritos para encontrar el origen de esta búsqueda y la etimología de sus palabras.

Asimov bien conocía la propuesta de Haeckel: “la ontogenia recapitula a la filogenia”. El embrión en su desarrollo reproduce la historia evolutiva. El conocimiento explicado en el desarrollo de su concepción resulta más fácil de comprender.

Murió el 6 de abril de 1992 en Brooklyn, el barrio en el que había vivido los primeros años de su vida.

Un asteroide lleva su nombre, así que cada vez que mire al cielo, recuerde a Isaac Asimov.

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Isaac Asimov.
Isaac Asimov.

 

 

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2018 Isaac Asimov Memorial Debate: Artificial Intelligence.

 

 

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