El incidente del avión U-2

El incidente ocurrió unas semanas antes de concretarse una Cumbre de las cuatro potencias (EEUU, URSS, Reino Unido y Francia) en París, y cuando el gobierno norteamericano de Dwight Eisenhower develó el episodio, las relaciones entre soviéticos y estadounidenses entraron en una nueva fase de la Guerra Fría (y van…).

El año anterior, el entonces vicepresidente Richard Nixon y el premier Nikita Khrushchev habían tenido un enfrentamiento cara a cara en Moscú, en una “Muestra de la Cultura estadounidense” que se llevó a cabo en el marco de la Exposición Nacional de Moscú.

Richard Nixon y el premier Nikita Khrushchev.jpg

Nikita Khrushchev y Richard Nixon

Nikita Khrushchev y Richard Nixon

La anécdota, que fue una especie de humorada con trasfondo serio, terminó en una discusión acalorada y sin tapujos entre ambos sobre el modo de vida de ambas sociedades y sobre la evolución tecnológica de ambos países. Luego de un intercambio de agresiones verbales solapadas sobre el olor de las heces de caballo y de cerdo, Khrushchev le dijo a Nixon que la URSS aventajaría tecnológicamente a EEUU. “Cuando nos adelantemos, te haré una señal”, ironizó Khrushchev; “tú no sabes nada”, contestó Nixon; “y tú no sabes nada sobre el comunismo, sólo le temes”, retrucó Nikita, mientras Nixon presionaba con su dedo índice la solapa de Khruschev. Ambos alardearon cara a cara, en una clara demostración de cómo estaban los ánimos entre las superpotencias.

Así que el horno no estaba para bollos.

Y entonces ocurre lo del misil, ideal para rebalsar el vaso…

Desde 1956, pilotos norteamericanos volaban en misiones de reconocimiento sobre la URSS. Aunque las autoridades soviéticas conocían estos vuelos, no podían hacer nada para evitarlos; los aviones U-2 volaban a una altitud que quedaba fuera del alcance de los misiles soviéticos. Sin embargo, en 1960, cuando el piloto Powers despegó con su avión desde Pakistán, la tecnología militar soviética se había puesto al día respecto a los U-2 y EEUU aún no se había enterado de ello.

Khrushchev anunció el incidente cuatro días después de ocurrido, omitiendo declarar que el piloto se encontraba con vida. El gobierno de Estados Unidos alegó que el avión U-2 era un avión civil y que había entrado en el espacio aéreo soviético mientras se dirigía a una misión meteorológica en Turquía (aplausos, por favor).

Entonces Khrushchev retrucó sacando el as de su manga: dijo que el piloto Francis Gary Powers había sido apresado y que había confesado el carácter militar de su misión sobre el espacio aéreo soviético.

Francis Gary Powers.jpg

Francis Gary Powers

Francis Gary Powers

Para salvar la inminente Cumbre de París, EEUU prometió suspender los vuelos de los U-2. Pero no sólo no lo logró, sino que Khrsuhchev redobló la apuesta pidiendo que Eisenhower fuera procesado (pocas pulgas Nikita, se había agarrado con Nixon el año anterior y ahora con Eisenhower).

En un juicio de resonancia mundial, los soviéticos acusaron de espionaje a Francis Gary Powers, quien se declaró culpable y fue condenado a diez años de prisión. Despreciado en EEUU por haberse declarado culpable (se lo criticó, incluso, por no haber ingerido la “píldora suicida”), finalmente Powers fue intercambiado por el espía soviético Rudolph Abel, que había sido capturado en EEUU en 1962.

La película de Steven Spielberg “Puente de espías” muestra todo el proceso que, en la vereda de enfrente, marcó el destino de Rudolph Abel, quien sería intercambiado por Powers.

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