¿De qué murió Mozart realmente?

El fallecimiento de Wolfgang Amadeus Mozart en 1791, cuando contaba con sólo 35 años, es uno de los grandes misterios de la historia de la música. A lo largo de los siglos infinitud de explicaciones se han sucedido convirtiendo el óbito en leyenda, hasta que un artículo publicado en el último número de la revista científica Annals of Internal Medicine parece haber dado una respuesta definitiva: el autor de Las bodas de Figaro falleció debido a una infección por estreptococos, algo que hoy en día es fácilmente curable con un tratamiento con antibióticos.

Mozart había caído enfermo el 22 de noviembre, dos días después de su último recital, y se encontraba escribiendo el Réquiem, que quedaría inconcluso tras su muerte. Perdió el conocimiento y murió en la mañana del 5 de diciembre.

Hasta ahora las teorías sobre la muerte apuntaban a todo tipo de causas, tanto naturales como criminales. En más de 200 años se ha hablado del envenenamiento (su eterno rival Salieri sería el candidato perfecto en este caso), sífilis, de un fallo renal, fiebre reumática, de triquinosis letal o de púrpura de Shönlein-Henoch.

Registro de fallecimientos

Para llegar a los estreptococos como culpables de la muerte del genio los investigadores analizaron el registro necrológico vienés en el mismo periodo en el que falleció Mozart, entre noviembre de 1791 y enero de 1792 y compararon los datos con los mismos intervalos de los años anteriores (1790-1791 y 1792-1793). De los adultos fallecidos en el plazo estudiado 3.442 eran hombres y 1.569 mujeres. La principal causa fue la tuberculosis y sus enfermedades relacionadas. En segundo lugar se encontraban los finados por caquexia y malnutrición; y en tercero, por edema.

Los testigos de los últimos días de Mozart aseguraron entonces que antes de morir su cuerpo estaba hinchado. Durante aquellas semanas hubo un incremento del número de muertes por edema entre hombres jóvenes, una epidemia menor que pudo haberse originado en el hospital militar de la ciudad. “Mozart podría haber fallecido de un síndrome nefrítico agudo, una complicación derivada de una infección epidémica por estreptococos”, aseguran los investigadores.

Los otros síntomas del músico (náuseas, dolor de espalda, eritema) son, además, compatibles con la infección bacteriana, que puede causar patologías cutáneas, fiebre reumática e infecciones renales que provocan retención de líquidos y edemas. El denostado Salieri podrá, por fin, descansar en paz.

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