Christiaan Barnard, el hombre que abrió el camino a los trasplantes de corazón

El célebre cirujano cardiólogo surafricano Christiaan Barnard, que realizó el primer trasplante de corazón a un ser humano el 3 de diciembre de 1967, falleció el 2 de septiembre del 2001 a los 78 años en la ciudad costera de Pafos, Chipre, en un lujoso hotel donde disfrutaba de unas vacaciones.

UNA MUERTE POR SORPRESA

El encargado de la dirección del Hotel Coral Beach de Pafos, donde Barnard había llegado tres días antes, afirmó que «falleció alrededor de las doce menos cuarto de la mañana (08.45 GMT), mientras se encontraba sentado tomando el sol al borde de la piscina». Según explicó, el cirujano se desvaneció mientras leía uno de sus libros. «Era muy querido por el personal del hotel, era un hombre respetable», añadió, precisando asimismo que Barnard no se había quejado de su salud en ningún momento durante su estancia.

El encargado dijo que tras sufrir el aparente infarto, fue «atendido por un médico que se encontraba cerca de la piscina». «Intentó reanimarlo -continuó-, pero no pudo hacer nada por su vida». Su cuerpo, ya sin vida, fue trasladado, poco después, por una ambulancia al Hospital General de Pafos. En el momento de su muerte, Barnard, que viajaba a Chipre con frecuencia, no estaba acompañado por ningún miembro de su familia. Se encontraba solo en el hotel, donde tenía previsto pasar una semana.

Las reacciones a la desaparición de este pionero en la cirugía cardiovascular no se hicieron esperar. Poco después de conocerse la noticia, el ex presidente Nelson Mandela expresaba su pesar desde su residencia de Johannesburgo. «Su muerte representa una gran pérdida para Suráfrica tras todo lo bueno que ha aportado a este país», declaró. Mandela quiso destacar además que Barnard fue un crítico «inequívoco» del régimen de segregación racial que hubo en su país. Y es que el prodigio de 1967 tuvo el mérito añadido de haberse llevado a cabo en medio de las difíciles circunstancais del «apartheid» que vivía Suráfrica. El famoso cirujano abandonó su país, molesto por la cobertura mediática que se hizo de su último divorcio, en el año 2000, y, desde entonces, residía en Austria.

Dentro del mundo de la medicina, Christian Cabrol, autor del primer trasplante de corazón en Europa -realizado en 1968 en un hospital parisino-, fue el primero en manifestarse tras la muerte de Barnard. «Estoy muy apenado, era mi amigo desde 1956, cuando, siendo jóvenes cirujanos, compartimos residencia en Estados Unidos», afirmó.

DOS FACETAS

Según Cabrol, su colega tuvo el «gran mérito» de haberse atrevido con un trasplante de corazón en un ser humano, aunque el «verdadero padre» de los trasplantes es el norteamericano Norman Shumway. «Le debemos mucho por haber roto un tabú, auqnue nunca reconociera que había aplicado el método de Shumway», apostilló.

Según Cabrol, su colega y amigo tenía dos facetas: la del «joven cirujano muy trabajador e inteligente» y, a partir de 1967, la de un hombre que se dejó «arrastrar por el lado mediático y mundano». En el último encuentro que mantuvieron, hace pocos meses, Barnard le confesó: «Estoy en la lista de espera, la de la última hora».

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