Benjamin Britten

A mediados de la década de 1930 comenzó a trabajar para el cine y la radio. En estos medios su música empezó a adquirir una fisonomía propia, basada en la síntesis personal de elementos de distinta procedencia: desde la artificiosa vocalidad de Claudio Monteverdi hasta la obsesión formal y expresiva del mencionado Alban Berg, pasando por Giacomo Puccini, Modest Musorgski, Gustav Mahler y Henry Purcell.

El estreno en 1941 de la Sinfonía de réquiem marcó un punto de inflexión en su carrera: fue entonces cuando el director de orquesta Serge Koussevitzky le encargó una ópera, Peter Grimes, la cual marcaría el verdadero inicio de la carrera del músico británico como compositor. La obra fue un hito en la historia de la ópera británica por las características complejas de su personaje protagonista, un hombre sádico y socialmente inadaptado. Britten consiguió que el público sintiera a la vez atracción y repulsión hacia el personaje de Grimes y, gracias a la excelente acogida que tuvo la partitura, sentó las bases de lo que sería la nueva ópera británica, cuyos representantes son, entre otros, Maxwell Davies, Alexander Goehr y Harrison Birtwistle.

La violación de Lucrecia, Billy Budd, Otra vuelta de tuerca, Sueño de una noche de verano y Muerte en Venecia son algunos de los títulos que le convirtieron en uno de los autores operísticos más aclamados del siglo XX. En ellos, Benjamin Britten trata temas como el enfrentamiento del individuo con la sociedad o la pérdida de la inocencia, que se convertirán en constantes a lo largo de su producción.

El cultivo de la ópera no le impidió, sin embargo, sobresalir en otros géneros, en especial en la música vocal, con obras como Les illuminations, la Serenata para tenor, trompa y cuerdas o el monumental Réquiem de guerra. Britten fue, además, un sobresaliente director de orquesta, de quien se conservan excelentes grabaciones, no tan sólo de su propia música, sino también de obras del repertorio tradicional de concierto.

Britten fue siempre un compositor conservador que tan sólo realizó breves incursiones en tendencias de vanguardia como el dodecafonismo. Su música fue esencialmente tonal, y su éxito se debe en gran parte a la facilidad con la que evocaba estados de ánimo por medio de armonías y melodías, a su gran lirismo y al eclecticismo con el que abordaba sus obras según las demandas particulares de cada una. Sus partituras también se caracterizan por su complejidad estructural. Recibió influencias de Stravinsky y de Mahler, y su gran interés por la obra de Purcell se deja ver en diversas obras. Gustaba de incluir elementos de parodia en sus obras: buen ejemplo de ello lo encontramos en las Variaciones sobre un tema de Frank Bridge y en las Veladas Musicales (1936), obra en la que realiza un pastiche de una partitura de Rossini.

fffv

Ultimos Artículos

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

TE PUEDE INTERESAR

    SUSCRIBITE AL
    NEWSLETTER